HS SHIVA PRAKASH
«ALTURAS DE MACHU PICCHU, PROFUNDIDADES DE CARAL»
H.S. Shivaprakash (Hulkuntemath Shivamurthy Sastri Shivaprakash nació en 1954) es un destacado poeta y dramaturgo que escribe en Kannada. Es profesor en la Escuela de Artes y Estética de la Universidad Jawaharlal Nehru, Nueva Delhi. Dirige el Centro Cultural de Berlín, conocido como Centro Tagore, coordinado por el Consejo Indio de Relaciones Culturales (ICCR). Tiene siete antologías de poemas, doce obras de teatro y varios otros libros en su haber. Sus obras han sido ampliamente traducidas al inglés, francés, italiano, español, alemán, polaco, hindi, malayalam, marathi, tamil y telugu, y han sido interpretadas en Kannada, Hindi, Meitei, Rabha, Assamese, Bodo, Tamil y Malayalam. Shivaprakash también es una autoridad bien conocida en la literatura vachana, los movimientos Bhakti de la India y las tradiciones sufí y otras místicas.
ALTURAS DE MACHU PICCHU,
PROFUNDIDADES DE CARAL
Trad.: Ricardo Rubio
Ensueños
Mientras se elevan en medio de las nubes:
Si el cielo alto hubiera sido la tierra
Debajo, la tierra sería el cielo
Los detalles mundanos de la tierra cambiarían a sueños.
El lenguaje soñado daría otro nombre al agua
La magia del sol haría
Maderas verdes y brillantes orillas amarillas
Como esmeraldas y ágatas
Ensueños, tantos
Según descendíamos de esta tierra-cielo hacia el cielo-tierra
El vasto azul sería el primero en desaparecer
Cuanto más profundo
Las vastas inmensidades, las galaxias
Los viajes interminables…
No hay tierra en ninguna parte
Ningún hogar
Ninguna raíz
Sin nube de lluvia
Adiós alturas
Déjanos ir
De vuelta a la tierra
Nuestra única tierra
Donde los sueños crecen, florecen
En cosechas
Machu Picchu
1
Una flor de piedra colosal
En pendientes empinadas!
Pero no hay nadie aquí
Excepto curiosos turistas
E inmenso vacío
Sólo burbujas de agua,
Esculturas de piedra, arquitectura
¿Se han ido todos?
Ésta no es una ladera
sino una gran ciudad de piedra
No es una ciudad
Sino las ruinas de una ciudad
Déjame recrear en mi imaginación
Todo su esplendor
Y morar una vez más
En la última evanescencia
2
A una altura donde las aves no llegan
¡Qué maravilla han construido!
Una ciudad presumida
Que unió ochenta tribus en derredor
Con puentes de cuerdas
A través de valles y abismos
Y
Con el poder de arcos y flechas
Lanzas y mazas,
Misiles de piedra
¿Son estos los cimientos
De todas las civilizaciones humanas?
3
Ven
Escalemos hasta
Las ruinas de la ciudad en la montaña
Esos dos enormes picos
Viendo desde arriba
No nos puede decir
Las historias de piedra
Caminos de piedra
Todo es piedra
Calles de piedra
Todo es piedra
Casas de piedra
Todo es piedra
Plazas de piedra
Templos del sol
Todo es piedra
Piedras, piedras, piedras por todas partes
¿Pero dónde, dónde están los humanos?
Dime,
Llamas,
Amigas y comida de los hombres
¿Para quién llevaste las cargas?
¿Dónde están tus maestros
Y los maestros de tus maestros?
4
Todo, vacío…
Todo, abandonado…
Dime, templo del sol,
¿A dónde se ha escapado tu dios
Después de devorar tanta carne humana?
Dime, gran palacio,
¿Dónde están los reyes,
Sus innumerables esposas
Y los hambrientos cantantes de alabanza?
¡Se fueron! ¡Se alejaron!
El palanquín está a punto de llegar
Montando sobre los hombros desnudos de los esclavos
Escucha:
Tambores y trompetas
Flautas de bambú
Elogios lastimeros
¿Por qué y cuándo
Se acabó todo?
Hasta los campos de sal están vacíos
¿Dónde están los soberanos esclavos?
Quienes creían que su rey
Era hijo
Del sol
Que descendía a las montañas
Para regir
Todas las cosas
Y a todos
¿Dónde están esos dioses esclavos
Que llevaban enormes cargas
De oro, plata, pescado y granos
Trepando cuesta arriba
Trajinando cuesta abajo
Para saciar nuestra hambre?
Díganme
Rocas despiadadas
Díganme
Tú, cielo azul, testigo insensible
Ustedes, nubes apoyadas en los picos
que aterrizan en altas carreteras
Tú, luz del sol; tú, brisa
Todo ese pescado, carne y granos
Que ellos llevaron,
¿Cómo se agotaron?
¿En qué vientre se vaciaron?
Las hordas de llamas
Condenadas a transportar sus cargas
para convertirse en su alimento,
¿Cómo llegaron a su fin?
5
Los que sacrifican las llamas
Ahora han hecho un encantador juguete de llama
Lo envolvieron con
Ropajes y sandalias
Para tener listo el sacrificio del niño
Pobrecito, ¿qué hace el niño?
Sino sintiéndose feliz con el vestido del festival
De gloriosos colores
Y aún más feliz subiendo la montaña
En una procesión
Desde el valle celestial del Cuzco
Subiendo hasta Machu Picchu
Donde la muerte aguarda al niño
Adormecido con cuhasko
En el festival para los mayores
Una celebración para toda la gente
Tal vez las bolas del rey se curaron
Tal vez se previno un terremoto
Tal vez una inminente hambruna fue truncada
Porque el dios de la montaña se sació
Con la sangre inmaculada de un niño
Pero, salvo un golpe mortal en la nuca,
¿Qué recibió el niño?
6
¿La historia dorada de los leales esclavos
Que viven de las limosnas de sus amos
Que adoran dioses crueles
Que prueban la sangre de niños inocentes
Dónde esta ahora?
¿Dónde están los esplendores de rocas y piedras
Y el despiadado triunfo de la arquitectura?
7
Ni los terremotos
Ni las inundaciones de la lejana Amazonia
Ni relámpagos o truenos
Ni la furia de los dioses de la montaña
Ni la venganza de la diosa del océano
Deletrearon su final
Pero los que ofrecen víctimas en sacrificio
Se victiman de alguien más
8
Cañones y balas los alcanzaron
Antes de que llegara la noticia
De invasores españoles
La tierra tembló
Las aguas se estremecieron
¡Miren!
Llueven invasores,
La Santa Cruz en una mano
Y la espada en la otra
(¡Una extraña nueva arma!)
Sus bocas se llenan con la Biblia
Sus corazones rebosan de avaricia asesina:
«Oye, rey… Te perdonaremos
Danos oro que llene la habitación en que te escondes
Y el doble de plata
Daremos libertad a tu cuerpo
Libertad a tu alma
Libertad a tu pueblo
A la sombra de la Santa Cruz”
El rey asustado
Les dio oro
Les dio plata
Pero esos asesinos rompieron la promesa
Y lo ejecutaron
La gente asustada
Se acurrucó bajo la sombra roja
que cubría todo el continente hambriento
Fue entonces cuando los ríos, los océanos y la tierra
Se volvieron negros
9
Descendamos
Desde las alturas del águila de los devastados jardines de piedra
Al valle del Cuzco
Y vayamos más atrás
Dos mil años
Las viejas ciudades violentas
Naufragaron
Por los Incas más sedientos de sangre
10
Pachacamac es el nombre del dios
Que resuena con estruendo
Cuyos adoradores descendieron como truenos
Sobre los adoradores de la diosa del océano
Saqueaban sus graneros y tesoros
Fueron reduciendo a los vencidos
Y sus hijos
Obtuvieron las pirámides de ladrillo
Construidas sobre sacrificios humanos
Y se convirtieron en parte
De la historia
De ataques y contraataques
Y construyeron otra ciudad de piedras
Santificada con la sangre de las víctimas
11
En las perturbadas orillas
Del Océano Pacifico
Se alza una ciudad de terrores, truenos y tempestades
Una ciudad que se protegía con enormes fortalezas
Contra invasiones impredecibles
La ciudad de los héroes masculinos
Que ofrecieron la sangre de sus hijas
Para apaciguar la furia de sus dioses
Pasando por alto la ciudad en ruinas
En medio de las ondas perturbadas
Del océano Pacífico destacan dos rocas,
Una grande y otra pequeña,
Cuya historia es la historia de la ciudad:
Ella nació entre los dioses, una belleza incomparable. Los ojos lujuriosos de los dioses celestiales estaban siempre fijos en ella, que estaba orgullosa de que sus ojos fueran más grandes que los del sol y la luna, y de su insuperable par de pechos. Pensaba que todos los dioses eran menos que una pequeña brizna de hierba. Excepto uno, el que convirtió los desiertos en espléndidas ciudades, las piedras en majestuosos templos; el que sopló dulce música con una flauta de bambú; el que desafió a cada dios con su incomparable poder. Él había puesto su corazón y su alma solo en ella. También ella se enamoró de él, marchitándose en llamas de lujuria mientras él la esperaba… Hicieron el amor en medio de las olas del océano, dentro de los campos de maíz, entre enormes rocas hasta una noche de luna, cuando él sembró en ella su semilla. La semilla se convirtió en un hijo de incomparable esplendor. Cuando las alegrías de la maternidad cruzaron todos los límites, descubrió un día a su amada en su forma mortal original. Cuando la alegría se convirtió en furia y la furia en un dolor insoportable, saltó con su hijo a las perturbadas olas del Océano Pacífico… Con lo cual la diosa del océano, con su compasión infinita, las convirtió en dos rocas, una grande y otra pequeña, que hasta el día de hoy rugen las duras historias de la ciudad en ruinas con la voz de las inquietas olas.
12
Las inquietas olas hicieron una pregunta a la playa de arena
Y la playa de arena, a su vez, preguntó a los destrozados vestigios
De palacios, templos, vastas plazas de ciudades.
De ambiciones condenadas:
¿Cuál es la raíz de la causa
Del variado esplendor que la habilidad humana
Desliza en piedras, ladrillos, metales y madera
Y de pirámides siempre crecientes
Fundadas sobre sangre humana?
Oh malditos centros de la ciudad
Oh piedras rotas de templos abandonados
¿Cuál es la fundación
De tu devastación preordenada?
¿Qué otra cosa podría ser más que el miedo,
La terrible madre de tus armas asesinas?
¿Es la historia de la humanidad una breve coma
Entre dos palabras, miedo y violencia?
¿Es la vida humana
Un ave en ciernes
Aleteando entre el asesinato anterior y el siguiente
La cosecha más preciosa de la tierra?
Ven, huyamos de las furias
Gritando estas preguntas aterradoras
Y vuelvo dos mil años más
A otra ciudad, Caral,
La ciudad más antigua de América
13
Ni Machu Picchu
Ni Pachacamac
Ni Puallama
Son la historia más antigua de las Américas rodeadas de océanos
Sino Caral, la primera ciudad de las Américas,
Oculta bajo las arenas
Por cinco mil años
Oh Caral, piedra de la belleza del valle de Supe,
Oh casa más vieja que todas nuestras casas
14
Estuviste escondida bajo las arenas
Por cinco mil años para que nosotros
Pudiéramos llegar cansados
De subir y bajar
Pirámides construidas sobre cuerpos destrozados,
De excavar desde fuera de las ruinas
Huesos momificados de sacrificados bebés
O los cuerpos de adultos con los cuellos cortados
O cabezas destrozadas enterradas durante siglos
Bajo piedras insensibles
Junto a las armas mortales bellamente moldeadas
Hechas de plata, oro y latón
Después de entretener nuestros ojos
En hombres desgarrándose uno a otro
Después de admirar formas y siluetas de imágenes
hechas en piedra, metal y tierra
Entre un momento de derramamiento de sangre y el siguiente
¿Cantando con elogios las brutales victorias
Exaltando diosas y dioses de piedra, tierra, madera o metal
Engordan en la sangre de las víctimas?
15
Tú, esplendor arquitectónico
que brotas de las arenas
Tú, hogar de las primeras pirámides de la tierra
Ustedes, primeros centros urbanos que hicieron eco a la luz de la luna
Con las notas de flautas de hueso
Ustedes, primeras calles tendidas por las que pies humanos caminaron
¿Qué obras escenificaron en tus colosales teatros?
¿Qué canciones llenaron tus oídos mezclados con notas de flauta?
¿Con qué pies de bailarina se emocionó tu escenario?
Ustedes, primeros artesanos que hicieron tazas, platos y vasijas con piedras
Antes de usar metales
Antes de la porcelana
Ustedes, que guardaron registros en nudos de cuerda de kaipu
Antes de los alfabetos
Amantes del placer absortos en el amor largo y profundo
Mascando hojas de coyote
Ustedes, que perfeccionaron el cultivo del algodón
Y recogieron grandes cosechas
Ustedes, primeros maestros del comercio que intercambiaron cosas con lugares lejanos
Ustedes, ancianos de la capital de dieciocho asentamientos humanos
Ustedes, prole de una gran civilización
Flanqueada por los Andes y el Océano Pacífico
¿Cómo podrías sobrevivir y prosperar
Sin fortificaciones,
Sin ejércitos de defensa ni arsenales mortales
Siempre en paz
Por mil años
Mientras el viento y el agua rugían
Inquietamente?
16
Ustedes, acólitos de la violencia
Que anuncian temer la causa de las ciudades
Ustedes, falsos revolucionarios que predicaban
Desde los púlpitos manchados de sangre
Que la explotación mutua es el único motor
De las acciones de hombres y mujeres
Ustedes, sacerdotes del progreso que vociferaron
que la represión es la única base para avanzar
Ustedes, misioneros de creencias fatales
Que predican que solo el poder es razón
Vengan a Caral, la ciudad madre de las Américas
Desentierren el vestigio de un solo sacrificio de sus pirámides
Si pueden
Encuentren el más leve olor a sangre humana en sus templos
Si pueden
Muéstrenme una sola muralla fuera de sus ciudades y pueblos
Si pueden
Estos gobernantes y los gobernados no necesitaban ejército
Para florecer en paz y gloria
Por mil años
Oh noches tranquilas
Oh fructíferos días de Caral
Ustedes, los primeros siglos sin traficantes de guerra
Regreso del pasado enterrado
A nuestra edad de ruinosas esperanzas
17
La magia de la luz de la luna…
¿Cuál de sus caras veo?
¿La de un extraño
O la de un hermano de otra edad?
El cálido abrazo de la brisa de verano…
¿De quién es la voz cantante que llena mis oídos?
¿De una mujer desconocida?
¿O la de un amor de alguna vida pasada?
Esta noche
¿Qué sueños estoy soñando al dormir?
¿Uno mío?
¿O los de una ciudad antigua bajo tierra o agua?
¿Esta noche
Qué ciudades llenan mis recuerdos?
¿Del pasado?
¿O los de nuestro futuro siempre recurrente?
¿Esta noche
Qué tiempos me rodean?
¿Tres separados
O momentos eternamente presentes?
18
Nacen de nuevo conmigo
Mis hermanos y hermanas perdidos
Mis amigos olvidados y queridos
Dormidos por siglos
Bajo las arenas con bloques de piedras
Sé que volverán
De mundos subterráneos
Despertados por mi voz amorosa
Recuperan sus flautas de hueso
Deja que sus alientos endulcen
Tus canciones favoritas
Se deshacen del sueño
De cinco mil años
Ven, vayamos al antiguo escenario
Actúen y bailen sus propias historias
¿Cómo tejieron la primera pieza de tela
Desde la primera madeja de algodón?
¿Cómo cubrieron al primer niño con eso?
Oh genios analfabetos
¿Cómo calcularon datos y sucesos
En la sintaxis de los nudos en la cuerda de kaipu?
¿Cómo mediste tiempos y estaciones
Con sombras de la piedra en el centro de la ciudad?
¿Cómo agradaste y apaciguaste a tus dioses
Sin el soborno de sangre?
¿Antes de la edad del oro y de la plata
Cómo pudiste florecer y prosperar
Por mil años
Sin violencia, robo o matanza?
Actuar en consecuencia
Todo de nuevo
En los escenarios de siete continentes
Y en los teatros de nuestro corazón
19
Oh, mis palabras Kannada
Se convirtieron en mis compañeras
En el lejano Perú
Gracias por hacerme compañía
En los ensueños diurnos en medio
De las alturas de Machu Picchu
Donde circulan águilas
Y desde allí
A las ciudades de la diosa del océano
Y de un dios con nombre de trueno
Con ladrillos y piedras manchadas de sangre
Y desde alli
A las profundidades de Caral, la ciudad madre
Y las voces del poema de Machu Picchu
Por mi hermano mayor Pablo
Amados corazones de mis queridos lectores
Que me acompañaron en el viaje solitario
El fruto de nuestro viaje
No fue arena, piedra o antigua ciudad madre del Perú
Sino estos pocos proverbios que robé de los sueños primordiales:
La paz es inevitable, no la guerra
Morir es inevitable, no matar
La adoración es inevitable, no sacrificar
El apareamiento es inevitable, no sin anhelo
El comercio es inevitable, no el fraude
Flores encantadoras, los sueños de las rocas;
Bellas formas, los sueños de los desiertos
Ciudades exquisitas, los sueños del vacío
La alegría de todos, el anhelo del alma
Escribe esto en los trozos de papel
De nuestros mundos moribundos
Átalos a las garras de las palomas del sueño
Déjalos que se vayan volando
A todos los tiempos
A todos los espacios
A todos los mundos
—